Profa. MARIA ANTONIETA REBOLLO

Para los que no la conocieron, la Prof. María Antonieta Rebollo fue en su tiempo un referente para todos los estudiantes de medicina de la Universidad de la República y fundadora de la cátedra de Neuropediatría.  Durante muchos años estuvo al frente de esta cátedra a la cual acudían para formarse en esta especialidad, jóvenes médicos uruguayos y también extranjeros que procedían de diferentes países.

Para los que estábamos en el ámbito de la educación, fue muy importante el equipo formado por ella integrado por maestros, psicólogos, médicos, fonoaudiólogos y fisioterapeutas que se habían especializado en psicomotricidad. Fue ella la que introdujo en nuestro país el concepto de “dificultades específicas del aprendizaje”. Esto fue muy importante para los maestros en general y para los niños que sufrían ese tipo de problemas. Estos niños dejaron de ser catalogados como poco inteligentes para, mediante un estudio interdisciplinario, ser diagnosticados adecuadamente viendo que podían ser inteligentes pero portadores de una dificultad en una o más áreas del aprendizaje. De este modo, se les trataba específicamente en esa o esas áreas y se trataba de incentivar el desarrollo de sus fortalezas.

La Prof. Rebollo tomó contacto con la psicomotricidad en el Hospital Henri Roussell de Paris, en un servicio que en aquella época dirigía el Prof. Julián de Ajuriaguerra. Fue él quien le aconsejó que viera el trabajo de Mme. Soubiran, pionera de la práctica psicomotriz en Francia. Según sus propias palabras, Rebollo intuyó que se trataba de algo que le resultaba extremadamente interesante y a su vuelta a Uruguay lo integra en su equipo de Dificultades del Aprendizaje a través de fisioterapeutas que fueron a especializarse con Mme. Soubiran.

La psicomotricidad, en nuestro país, entró por puerta grande. Ya en 1978, la Prof. Rebollo crea, en la Escuela de Tecnología Médica de la Facultad de Medicina, la carrera que, en aquel entonces, otorgaba el título de Técnicos en Reeducación Psicomotriz. Era un título universitario. Esto hizo que los egresados, desde el comienzo, pudiéramos relacionarnos de igual a igual, con otros profesionales de este nivel.

Es cierto que nosotros, los primeros egresados, tomamos de nuestra Profesora, la máxima exigencia para andar el camino que ella nos había marcado: una manera rigurosa de encarar nuestra profesión, una cabeza científica, una ética profesional estricta.

Pero, al mismo tiempo, cuando nosotros egresamos, con una sólida formación en neurología y en los aspectos cognitivos del psiquismo además de una práctica psicomotriz netamente instrumental, no estuvimos conformes con eso. Comenzamos a explorar, a tomar contacto fundamentalmente con psicomotricistas argentinos, brasileños y franceses. Fue así que empezamos a tratar de corregir o enriquecer nuestra práctica. Muchas veces la Prof. Rebollo no estuvo de acuerdo, llegó a decir que algunas propuestas que sometimos a su consideración, eran contrarias a la orientación científica del Servicio que ella dirigía. Pero nosotros, pese a la frustración que esto nos causaba, seguimos intentando, experimentando, siempre teniendo en cuenta el rigor que se nos había inculcado. Aquí quiero destacar la actitud de Rebollo: nos dejó hacer. Fue una docente que habilitó el crecimiento de sus alumnos. Por eso, siempre agradeceremos esa generosidad, que solo pueden permitirse los grandes.


Psicólogo CARLOS SAAVEDRA.

Psicólogo social.  Docente.

En tempranas etapas de nuestro ejercicio profesional, tiempo de inseguridades e incertidumbres, el psicólogo Carlos Saavedra fue la primera persona – por fuera de nuestra formación curricular-  que nos acogió.  Amplió nuestra mirada acercándonos al conocimiento de la construcción de la subjetividad en el marco de la sociedad, de la cultura y especialmente de los grupos e instituciones.  Basándose principalmente en la figura de Pichón-Riviére, Carlos enfatizó el concepto de “grupos operativos”,  que fueron enriqueciendo nuestra práctica.

El grupo de estudio se fue transformando en grupo de supervisión de casos clínicos,  brindándonos nuevas herramientas que favorecieron una mejor comprensión de nuestros pacientes, la importancia de los grupos en nuestra clínica, la necesidad de pensar cómo conformarlos, la dinámica interna de los mismos y la necesaria movilidad de los roles fundamentales para la evolución de los niños.

Los años de aprendizaje en el grupo de estudio que tuvimos con Carlos, fueron para nosotras, cimientos fundamentales en el largo camino de comprender  la continua interacción entre el psiquismo, el movimiento y el entorno.

Por otra parte, la nuestra era una muy joven profesión que apenas empezaba a insertarse en el mundo de la salud, su aporte en cuanto a los diversos funcionamientos institucionales fue de invalorable importancia.   Si bien nos hizo ver que las instituciones condicionan y limitan el pensamiento y la acción de sus integrantes, siempre nos impulsó a seguir adelante en nuestro camino.


PROFESOR  LUIS ENRIQUE PREGO SILVA

Psiquiatra de Niños y Adolescentes. Psicoanalista.

Buscando ampliar nuestros conocimientos en psicoanálisis, fueron fundamentales los aportes del Prof. Luis E. Prego.

Conformamos entonces un Grupo de estudio en Psicoanálisis, que el Prof. Prego coordinó durante cinco años, siempre generoso con sus conocimientos y con un alto nivel de exigencia. Nos brindó entonces una formación seria y profunda en psicoanálisis, conocimientos que supimos integrar a nuestra disciplina.

Seleccionaba trabajos de destacados psicoanalistas, que luego analizábamos y articulábamos con casos clínicos. Así fue que nos acercó al pensamiento de Sigmund Freud, Anna Freud, Melanie Klein, Donald Winnicott y Margaret Mahler. Nos ayudó a comprender y pensar sobre el campo teórico y práctico de la psicomotricidad, sobre las alteraciones psicomotrices aportando una nueva mirada sobre su vinculación con la Psicopatología y el Psicoanálisis.

Al mismo tiempo, nos impulsó a organizar y poner en palabras aspectos claves de nuestra disciplina. Nos detuvimos a pensar  en la entrevista con los padres, como estrategia de abordaje, de qué forma ir recogiendo datos sobre la historia del sujeto en relación a la propia alteración psicomotriz inseparable de su construcción psíquica. De este modo, fuimos dando los primeros pasos en la elaboración de nuestra propia herramienta diagnóstica.


Profesor BERNARD AUCOUTURIER

El Profesor Bernard Aucouturier fue un verdadero puntal en el desarrollo de la Práctica Psicomotriz en Uruguay. Al entrar en contacto con su trabajo, intuimos que por ahí iba el camino para realizar la tan buscada integración entre los aspectos psicológicos y físicos que no habíamos logrado encontrar ni en la práctica que habíamos aprendido de nuestros docentes en Uruguay ni tampoco en un gran número de colegas a quienes visitamos fuera de nuestro país, pero sobre todo en Francia.

Durante muchos años (más de diez) algunos profesionales uruguayos fuimos a realizar pasantías en su sala de la ciudad de Tours al mismo tiempo que él venía una vez al año a supervisar nuestro trabajo con niños en Uruguay. También realizábamos durante una semana, sesiones de Formación Personal por vía corporal indispensable para el trabajo en Psicomotricidad.

Sin embargo no nos adherimos a las escuelas de Práctica Psicomotriz que Aucouturier tenía en varios países pese a la importancia que tuvo él en nuestra formación en la práctica psicomotriz. Tal vez porque la psicomotricidad  que íbamos construyendo, nacida dentro de la Facultad de Medicina estaba atravesada por los paradigmas de la complejidad y la multicausalidad, de un profundo conocimiento de los aspectos constitucionales ontogenéticos y filogenéticos de todo sujeto y de un enorme respeto por el organismo y sus viscitudes.

Bernard fue el creador de una sala de psicomotricidad con características únicas. A partir de ciertas condiciones espaciales, del tipo de materiales, de la temperatura y luminosidad, favorece el despliegue de la expresividad psicomotriz del niño, a la vez que se corresponde con el itinerario de maduración (espacio sensorio-motor, espacio de juego simbólico, espacio de distanciamiento afectivo). Sin lugar a dudas la amplia mayoría de los psicomotricistas uruguayos trabajamos en salas con dichas características.

Fue muy importante el aporte de docentes uruguayos como el Prof. Prego, la Prof. Rebollo, el Prof. Saavedra,  y otros. Con ellos nos reuníamos y exponíamos nuestro trabajo basado fundamentalmente en los postulados de Aucouturier, pero modificando, agregando, suprimiendo… De esto resultó una práctica diferente, una verdadera integración que según algunos especialistas fue calificada de muy especial e interesante.


PROF. DR. MIGUEL A. CHERRO

El Prof. Cherro, Psiquiatra de niños y adolescentes, está vinculado a nuestra disciplina prácticamente desde los inicios de la misma en nuestro país.

Sostuvo siempre un lugar de reconocimiento para la misma. Lugar que se vio reflejado también en todos los campos:  en la asistencia, en la investigación y en la docencia, durante su ejercicio en la Dirección de la Clínica Psiquiátrica de Niños y Adolescentes de la Facultad de Medicina.

Sus aportes a la Psicomotricidad han sido de gran valor. Destacamos su convicción profunda de los beneficios de la interdisciplina, su capacidad de apertura a las diferentes disciplinas, su respeto y reconocimiento de las mismas, lo que marcó su forma abierta de trabajar en equipo, constituyendo un modelo para los que trabajamos con él.

Nos legó sus conocimientos en relación al desarrollo normal y sus alteraciones, en Salud Mental y en la psicopatología.